Iglesia de Santa Lucia
En un principio una sola ermita
albergaba a dos de los templos que existen hoy en día, el de Santa Lucia y el
de San Diego, la cual se encontraba construida humildemente a un costado del Hospital
de los Pobres, en lo que hoy es el barrio de Santa Lucia, hacia el año de 1594.
En 1712 el obispo Álvarez de Toledo consiguió que le cedieran la ermita para
dársela al Hospital de San Juan de Dios, del cual hable un poco en el post de la
Iglesia de Caridad. Así se mantuvo por varios años hasta 1819, cuando por orden
del Obispo Sa martín, empezó a ser levantando un nuevo templo perdiéndose
varias imágenes, algunos altares y mucho del mobiliario original con el que se
contaba. Dicha construcción fue destruida a finales del siglo XIX por órdenes
del padre Nicolás Figueroa, para dar lugar al templo que hoy en día podemos
admirar. Tomando en cuenta las aportaciones de Aubry podemos inferir que se
trato del año de 1882, aunque Artigas, en su libro de Arquitectura de San
Cristóbal, afirma que fue realizado en 1898.
Iglesia de Guadalupe
El barrio de Guadalupe de San Cristóbal de Las Casas surge como una prolongación del barrio del Cerrillo a principios del siglo pasado. La iglesia de Guadalupe fue construida en 1835 en un pequeño cerro que rodea a Ciudad Real y que en 1844 seguía poco poblada y la iglesia aislada del resto de la población; por ello en 1866 fue escenario de violentos enfrentamientos durante la llamada lucha Antirreeleccionista. Se cree que su arquitectura haya sido mejorada entre 1854 y 1864, estando a cargo el obispo Carlos María Colina y Rubio, quien recibiera la condecoración de Comendador de la Orden de Guadalupe por parte del entonces presidente Santa Ana. La imagen que se venera fue donada por el deán de Catedral Lino García en 1850
Cuando llegaron los españoles a nuestro hermoso
valle en 1528, existían en este sitio varias familias de indios quichés, aunque
para otros historiadores el valle de Jovel estaba totalmente despoblado para
esos años. El nombre de Cuxtitali quiere decir “Tierra Roja” y concuerda
con el color del suelo que ahí se encuentra. Basándome en algunos manuscritos
que tengo a la mano, relatan que el Cuxtitali fue reconocido como barrio a
finales del siglo XVII, y es considerado en orden cronológico el 4to. Barrio en
fundarse. En la época colonial fue parroquia, todavía existe en el
facistol de la sala capitular de Catedral un libro de registro escrito por el
cura que la tenía a su cargo, fechado en 1595. A unos cuantos kilómetros de la
plazuela, se encontraban dos plantas hidroeléctricas que durante largo tiempo
fueron las únicas fuentes de energía de la ciudad. Muchas personas que han
contribuido a este Blog comentan que era muy agradable el paisaje que rodeaba a
estas instalaciones. Hoy en día la mancha urbana sigue acabando con las
hermosas áreas verdes de esa zona de la ciudad. El 2 de enero, en el barrio de
Cuxtitali se honra al “Dulce Nombre de Jesús”, la cual es la primera festividad
del año.
Iglesia y Convento de San Francisco
Los Franciscanos llegaron a este valle en el año de
1577, aunque su convento se terminó nueve años más tarde en 1586. En un inicio
fue una construcción humilde de paja y adobes, como la mayoría de las
construcciones en San Cristóbal a mediados del siglo XVI, y fue habitada por 4
monjes en residencia. Las actividades religiosas de los Franciscanos se
limitaban a cuestiones interiores de la ciudad, y no alcanzaron a desarrollarse
por el dominio de la orden Dominica. Sin embargo en el siglo XVIII, el convento
de San Cristóbal tenía una sola doctrina que comprendían las iglesias de San
Felipe, San Antonio y San Diego.
Iglesia de
La Quinta.
A unos cuantos kilómetros de nuestra bella ciudad
hay una pequeña capilla cuya fachada es muy similar a la de San Agustín
(ubicada a un lado de la Facultad de Derecho). Al área donde se encuentra esta
capilla se le conoce como La Quinta. Esta zona fue en épocas pasadas lugar de
descanso y de recreo de los obispos de San Cristóbal de Las
Casas, como lo prueba el hecho de que figure en el atrio el escudo
episcopal con los atributos de La Merced, haciendo honor a alguno de los
obispos mercedarios de nuestra ciudad (Véase obispos de San Cristóbal).
Iglesia y Ex convento de Santo Domingo
La fuente pricipal de la iglesia y el ex convento
de Santo Domingo recae en las crónicas de Remesal. Los frailes dominicos llegaron a esta ciudad el 12 de marzo de 1545 después de
un largo viaje que duró poco más de un año, desde su salida de Salamanca,
España. Cabe señalar que no permanecieron aquí mucho tiempo debido a la
belicosa actitud de Fray Bartolomé de Las Casas. Para el 27 de octubre de 1546
el ayuntamiento cedió a los frailes una parcela consistente en seis solares,
para que edificaran su iglesia y el monasterio, y lo más importante en aquella
época, se les prometió la mano de obra de 16000 indios para llevar a cabo las
construcciones.Teniendo asegurada su permanencia en Ciudad Real, los frailes se instalaron
provisionalmente el 13 de noviembre de 1546 en un viejo edificio construido con
varetas y barro en lo que estaba construido su convento. Por su parte, se
habían comenzado a construir la iglesia y el convento, obras que continuaron
hasta 1548 cuando la Corona Española decidió ayudar con los gastos de la
construcción. La primera piedra fue colocada por Francisco Marroquín, obispo de Guatemala el
19 de Enero de 1547, a su paso por San Cristóbal de Las Casas, hecho que no
motivo a la construcción y por el contrario genero conflictos entre los frailes
y los vecinos. Cabe mencionar que fray Bartolomé de Las Casas, no vio más que
la primera piedra, ya que a finales de ese año se regreso a España.
Catedral de San Cristóbal
Originalmente
la iglesia de Catedral fue construida bajo la advocación de Nuestra Señora de
La Asunción, y al igual que el mercado de la ciudad, figuraban en los primeros
trazos de la ciudad (31 de marzo al 24 de abril de 1528).
Diez años después de la fundación de la ciudad por Bula Papal el 14 de abril de
1538, la Iglesia de La Asunción fue elevada al rango de Catedral, pero
desgraciadamente no se tienen documentos que demuestren el trazo arquitectónico
ni las dimensiones que poseía en ese entonces. Fue sin duda un edificio humilde
y sencillo puesto que algunas referencias lo sitúan como una construcción de
adobe y ladrillos cubiertos de paja y tejas. Esta primitiva iglesia sin estilo
arquitectónico, no estaba terminada aún en 1533, fecha en que el ayuntamiento
solicito ayuda a todos aquellos que tuviesen encomienda de indios para la terminación
del templo religioso. Dentro de las curiosidades de la historia de Catedral, se
sabe que las damas de San Cristóbal, tenían la costumbre de que sus criadas les
llevaran chocolate a los sermones, lo cual posteriormente fue prohibida por el
obispo bajo pena de excomunión. A principios del siglo XVIII bajo el impulso
del obispo Francisco de Olivera y Pardo, se reedifico la iglesia en su
totalidad.
Los Franciscanos llegaron a este valle en el año de
1577, aunque su convento se terminó nueve años más tarde en 1586. En un inicio
fue una construcción humilde de paja y adobes, como la mayoría de las
construcciones en San Cristóbal a mediados del siglo XVI, y fue habitada por 4
monjes en residencia. Las actividades religiosas de los Franciscanos se
limitaban a cuestiones interiores de la ciudad, y no alcanzaron a desarrollarse
por el dominio de la orden Dominica. Sin embargo en el siglo XVIII, el convento
de San Cristóbal tenía una sola doctrina que comprendían las iglesias de San
Felipe, San Antonio y San Diego.
Iglesia de La Quinta.
A unos cuantos kilómetros de nuestra bella ciudad
hay una pequeña capilla cuya fachada es muy similar a la de San Agustín
(ubicada a un lado de la Facultad de Derecho). Al área donde se encuentra esta
capilla se le conoce como La Quinta. Esta zona fue en épocas pasadas lugar de
descanso y de recreo de los obispos de San Cristóbal de Las
Casas, como lo prueba el hecho de que figure en el atrio el escudo
episcopal con los atributos de La Merced, haciendo honor a alguno de los
obispos mercedarios de nuestra ciudad (Véase obispos de San Cristóbal).
Iglesia de La Merced
Iniciaré mencionado que el convento y la iglesia de
La Merced de San Cristóbal de Las Casas, fueron las primeras construcciones de
esta orden religiosa en el continente, por lo cual nunca alcanzó la importancia
que realmente debió tener y muchos historiadores casi no la mencionan, más bien
toman de referencia la iglesia de la Antigua, la cual tuvo una trascendencia
importante en Centroamérica. El convento de La Merced fue construido en 1537,
cuando Francisco Marroquín trajo a su regreso de México, a cuatro mercedarios,
dos de los cuales: Fray Pedro Barrientos y Fray Pedro Benítez de Lugo, quedaron
en esta Ciudad Real, para iniciar la fundación de la orden. Los otros
mercedarios: Fray Juan Zambrano y Fray Marcos Pérez Cardón, no permanecieron
mucho tiempo en la ciudad, abandonando el convento aún cuando el Ayuntamiento
ya había concedido una parcela de terreno el 18 de marzo de 1537.En el Acta de
Cabildo celebrada el 10 de noviembre de 1539, Fray Marcos Pérez Cardón volvió a
Ciudad Real después de haber fundado un convento en Guatemala.
Iglesia de San Nicolás
La
iglesia de San Nicolás data de comienzos del siglo XVII, y no tengo
información que me indique que este templo haya sido modificado, por lo cual
trataré mi explicación en el análisis de su legítima arquitectura san cristobalense.
Entre 1615 y 1621, el obispo agustino fray Juan de Zapata y Sandoval se encargó
de la construcción de la iglesia de San Nicolás, contigua a Catedral hacia el
oriente del mismo terreno, cuya principal función fue la fungir como parroquia
de Catedral. Por ser uno de los templos más antiguos del sureste de la
republica, mantiene las típicas características de construcción de la zona, una
iglesia rectangular dividida en tres zonas sotocoro, nave y presbiterio; el
sotocoro se separa de la nave con una arquería de tres claros, mientras que el
presbiterio se distingue de la nave por un arco triunfal. La diferencia se
acrecienta porque la cubierta de madera y teja es distinta en uno y otro tramo.
La fachada principal del templo muestra su pátina multicolor como sello
tradicional de la arquitectura local. Posee nichos muy verticales y da la
impresión de que apenas caben, son muy rústicos lo mismo que el frontón, es
decir, la moldura triangular saliente que posee.
A cada lado de la fachada sobresale ligeramente una
franja vertical ancha, como si fuera cada una, una torre y termina en un
torreón, de estos, una es mayor que la otra ya que tiene una escalera escondida
en la parte de atrás. Cabe mencionar que pese a su pequeño tamaño cumple con
todos los cánones de las grandes obras, además de que por ser elaborada con
argamasa incrementa su popularidad, belleza y valor. Por esto último cabe
mencionar que no hay una sola línea en su fachada que pueda considerarse recta.